Comenzamos nuestra oración En el nombre del Padre…

Oramos hoy a través de este Evangelio: Mt 11, 1-6

Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a los doce discípulos, se marchó de allí a enseñar y predicar por aquellas ciudades. Juan oyó hablar en la cárcel de la actividad del Mesías y le envió este mensaje por medio de sus discípulos: ¿Eres tú el que había de venir o tenemos que esperar a otro? Jesús respondió: —Id a informar a Juan de lo que oís y veis: ciegos recobran la vista, cojos caminan, leprosos quedan limpios, sordos oyen, muertos resucitan, pobres reciben la Buena Noticia; y, ¡dichoso el que no tropieza por mi causa!

 

Reflexión:

Jesús lo deja bien claro. En su proyecto, los primeros son los pobres, los más necesitados.

Y nosotros, ¿nos preocupamos de los más necesitados? De los que están cerca de nosotros, de los más lejanos…

En nuestro proyecto, en nuestros sueños, en lo que queremos ser, ¿nos acordamos de los que más nos necesitan?

Champagnat…

Nos comprometemos a instruir gratuitamente a todos los niños pobres que nos presente el señor párroco.

Dios nos envía a esos niños y nos concede la gracia de acogerlos; ya nos enviará con qué alimentarlos. La roca que ha de servir de fundamento a una congregación es la pobreza y las contradicciones. Ahora bien, a Dios gracias, tenemos abundancia de ambas cosas; todo lo cual me da pie para creer que edificarnos con solidez y que Dios nos ha de bendecir.

El niño pobre ha de ocupar un puesto en la escuela, no según su condición y fortuna, sino según su capacidad. Ha de poder, si sus actitudes se lo permiten, seguir todos los grados, competir con el rico, ocupar un puesto a su lado y aun sobrepasarle.

Oración

Santa María, Tú que transmites tanta energía positiva

al que se acerca a contemplar tu mirada…,

préstame tus ojos para ver un poco más allá de mi propio “ombligo,”

para remediar “esa ceguera voluntaria” que utilizo para no ver

aquello que altera “mi corazoncito de burgués acomodado.”