Mensaje del Hermano Ernesto Sánchez, Superior General de Maristas

Deseo enviar un saludo cordial a todos los Maristas de Champagnat, que caminamos juntos como familia global: aunque han sido muchos los mensajes dirigidos a diversos grupos, hoy me dirijo con alegría a todos los maristas de Champagnat, tras un año del Capítulo General. Recuerdo que en la Clausura del Capítulo yo les anunciaba que “el nuevo comienzo ya ha iniciado”. Hay muchos signos de ello, entre ellos quiero compartirles cinco, iluminado por las llamadas del propio Capítulo.

    1. Faro de esperanza, el H. Henri Vergés

Estos días, agradecemos la vida y el testimonio de nuestro hermano Henri Vergés quien, junto con otros 18 Religiosos, Religiosas y un Obispo, dieron su vida hasta el final, en Argelia. Su testimonio de fe hasta el extremo ha sido reconocido en la Iglesia y los ha proclamado beatos.

El H. Henri, contaba con 64 años de edad el día de su martirio y llevaba 25 años en Argelia al servicio de los jóvenes.

Qué alegría, qué gracia, para nuestra familia Marista contar con estos grandes testimonios de fe y de entrega en los 5 Continentes. Su donación hasta el martirio, también fue respaldada por su entrega generosa y fiel a lo largo de sus años, viviendo su consagración y dedicándose a la misión.

  1. Construyendo puentes desde el Consejo General, tras un año del Capítulo

A poco más de un año de haber celebrado el Capítulo general en Ríonegro, Colombia, veo con agradecimiento mucho de lo que se va dando en el Instituto como respuesta a las llamadas capitulares, y que está generando vida y esperanza.

A la vez, me hago la pregunta sobre cómo podríamos responder mejor, personalmente y como Instituto, a estas llamadas en los próximos años.

Miro el año que ha pasado y me siento agradecido por el caminar que hemos emprendido como Consejo general, buscando fortalecernos como comunidad y como equipo, junto con los organismos de animación y gestión de la Administración general, al servicio de todo el Instituto.

Nos hemos hecho presentes en varias partes del mundo, realizando visitas de contacto, y espero que, antes de junio de 2019, hayamos hecho al menos una visita de contacto con todas las Provincias y Distritos.

Las nuevas Constituciones han sido otra tarea larga y gozosa que nos anima. Estamos en proceso de re- visión y aprobación. Y con ellas la Regla de Vida, cuyo borrador está ya completado y esperamos aprobarlo en febrero. Queremos aprovechar estos dos documentos para iluminar e inspirar nuestro caminar, sobre todo los hermanos, buscando dar una mejor respuesta a lo que Dios nos pide.

  1. Respondiendo a este mundo emergente, el nuevo plan estratégico

Hemos buscado releer las llamadas del Capítulo y hemos realizado una planificación que quiere ser guía y orientación para los próximos años. La hemos realizado en diálogo y comunicación con las Provincias y Distritos.

Como imagen inspiradora, hemos tomado el camino recorrido por Marcelino y los primeros Hermanos desde La Valla, en 1817, hasta la construcción de la casa N.D. L’Hermitage, inaugurada en 1825. Ese período de 8 años coincide con los 8 años de nuestro período como Consejo general. En el año 2025 celebraremos el bicentenario de la casa de L’Hermitage.

A la luz de la llamada principal del Capítulo: CAMINEMOS COMO FAMILIA GLOBAL, desarrollamos los tres grandes programas:

–         Queremos dar pasos más decididos para caminar con los jóvenes marginados y seguir respondiendo con audacia a las necesidades emergentes de nuestro mundo. Es nuestro programa para la misión: caminar.

–         Queremos fortalecer el sentido de familia y pertenencia, como hermanos y como laicos, todos Maristas de Champagnat con proyectos formativos y generadores de nueva vida. “Como familia”, así se llama nuestro programa de la vida marista.

–         Queremos crecer en red y de modo global, con el programa preparado para fortalecer diversos tipos de redes y creando cada vez más sinergia y conexión, como Congregación y con otras Instituciones.

Volviendo a la imagen de la construcción de L’Hermitage, podemos imaginar y recordar esos tiempos vividos, la evolución

y la transformación que se dio en esos primeros años. Podemos imaginar a Champagnat, con los primeros hermanos, esa casa pequeña, después, la necesidad de algo más grande, hasta finalmente llegar a lo que hoy conocemos como la casa de L’Hermitage.

Ojalá tengamos el coraje, la valentía y la fuerza de Champagnat en aquellos momentos iniciales, hechos de fraternidad, de entrega, el inicio de la misión, la construcción de una casa, la construcción de una familia. Que eso nos anime en nuestros días.

  1. Rostros de misericordia, MDA, Lavalla200> y otros

En esta línea de la familia global, quisiera mencionar un aspecto que va surgiendo cada vez con fuerza en nuestro Instituto, y es en relación a la disponibilidad global para la Misión internacional.

Y lo uno a los rostros de misericordia y a la necesidad de escuchar a Dios y llenarnos de él. El Capítulo nos invita a una nueva y profunda espiritualidad, unificadora, encarnada… Sólo llenos de SU misericordia podremos ser después rostros y manos de misericordia para otros.

Desde hace unos 12 años, hermanos y laicos han entregado parte de su vida en una nueva Misión que inició el Instituto en varios países de Asia, en su momento se llamó “proyecto Ad Gentes” y, actualmente forma el Distrito Marista de Asia. Como Consejo general, hicimos una visita de contacto en el pasado mes de Agosto a esos países: Bangladesh, India (West Bengal), Tailandia, Vietnam y Camboya. Admiramos el caminar que han realizado, a veces con dificultades y desafíos, comenzando por el aprendizaje de lenguas y la inculturación. Hay quienes han entregado 3, 6, 9, 12 años en estos lugares. Y nos alegra constatar la misión que realizan entre los más necesita- dos, así como los brotes vocacionales que van surgiendo en varios de estos países.

Por otra parte, hace 4 años, iniciamos en el Instituto un proyecto de “comunidades internacionales para un nuevo comienzo” que, con motivo del Bicentenario titulamos “Lavalla200>”. Un buen número de hermanos y laicos han participado en la formación para ese proyecto y se encuentran actual- mente formando 7 comunidades esparcidas en los cinco continentes: Siracusa (Sicilia, Italia), Moinesti (Rumanía), East Harlem (New York, USA), Tabatinga (Brasil), Atlantis (Cape Town, Southafrica), Mount Druitt (Australia) y a punto de iniciar una en Cuba. Comunidades que están siendo sostenidas y apoyadas por las Regiones Maristas.

Valoramos mucho la entrega de este grupo de hermanos y laicos, quienes comparten vida y misión como Maristas, al servicio de los más necesitados. El caminar ha sido de gran aprendizaje, y a partir de los aspectos positivos y de los desafíos que se van viviendo, hoy seguimos haciendo el camino, y necesitamos evaluar y mejorar el proyecto. En el pasado mes de junio, en N.D. de L’Hermitage, fui testigo de un grupo de 16 hermanos y laicos que se disponían generosamente para ir a estas comunidades. Un regalo para el Instituto.

Junto con estos dos proyectos, hago alusión a nuestra participación en Sudán del Sur desde hace 7 años, por ahora con dos hermanos, en un proyecto intercongregacional.

Y también el “Proyecto Fratelli” que iniciamos en El Líbano hace 3 años, junto con la Congregación de los Hermanos de La Salle. Hermanos y voluntarios laicos de ambas congregaciones se entregan día a día en un proyecto al servicio de los refugiados a causa de las guerras.

Sabemos también que en otras partes del mundo se da la colaboración internacional para la misión en formas diversas, períodos de voluntariado, servicio en casas de formación y otros.

Entre estos lugares, se encuentra la comunidad internacional de Hermanos y Laicos en N.D. de L’Hermitage, en Francia, desde 2010 con ocasión de la renovación de los Lugares Maristas. Ellos comparten vida y misión al servicio de peregrinos que desean encontrarse de cerca con nuestros orígenes y revitalizar su espiritualidad.

Creo que estas experiencias y proyectos muestran un rostro visible de lo que en el Instituto Marista deseamos intensificar como FAMILIA GLOBAL.

Tal vez tú, como hermano, como laico, sientes por ahí en tu interior la atracción, la llamada a vivir la misión internacional en alguno de estos proyectos, por 2, 3 o más años… ¿Lo has pensado?

Te invito a dar escucha a esa llamada y a discernir esa voz interior. Necesitamos más maristas en estos proyectos internacionales. Dios toca tu corazón y te invita a ser sus manos de misericordia. Si así lo sientes, no dudes en charlar con tu Provincial o Superior de Distrito, de manera que puedas darle cauce y llegar a concretar tu respuesta.

A veces pensamos que tendríamos que ser unos superhéroes para lanzarnos a estos proyectos. Creo que lo que se necesita son personas con pasión por Jesús y pasión por los jóvenes pobres, que deseen vivir coherentemente en el día a día, en aprendizaje y caminando juntos. Reconociendo que la convivencia intercultural e internacional se logra desde actitudes de gran apertura, de olvido de sí… y que es todo un caminar.

Cuando pienso en nuestro beato hermano Henri Vergés, en tantos otros mártires, en tantos misioneros en la historia de nuestro Instituto, me pregunto cuál fue su punto principal de fortaleza, como lo fue el de Champagnat. Creo que fue su pasión por Jesús y su pasión por los jóvenes pobres, su entrega, su olvido de sí mismos.

Esto se aplica también a tantos hermanos y laicos que se entregan cotidianamente a los jóvenes y niños, en tantas escuelas maristas del mundo, en la educación formal, que es muy valiosa y en todo tipo de obras sociales y educación no formal, y en muy diversas presencias. Maristas de Champagnat que están haciendo vivo el Instituto ahí donde están presentes.

  1. Caminando junto con los jóvenes – Sínodo

Deseo también compartir una palabra sobre la experiencia que viví durante todo el mes de octubre en el Sínodo sobre “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Ha sido una hermosa experiencia eclesial de comunión, con el Papa, los jóvenes, los Obispos, Religiosas, Religiosos y Laicos. Me alegro al constatar que como Iglesia deseamos vivir un renovado compromiso CON los jóvenes, de ponernos a su lado, de hacer ca- mino juntos.

El Sínodo confirma varias de nuestras intuiciones capitulares y ciertamente nuestro carisma y nuestra misión en medio de los jóvenes. En breve saldrá el Documento sinodal, el cual podrá ser de mucha luz para nosotros. Les invito a generar procesos de reflexión y de puesta en práctica a la luz de las líneas emanadas del Sínodo.

En su Documento expresó: “La participación de los jóvenes ha contribuido a «despertar» la sinodalidad, que es una «dimensión constitutiva de la Iglesia»” (n. 121). Es decir, la apertura a hacer camino juntos CON los jóvenes, con todas las partes que formamos la Iglesia, y sobre todo a los jóvenes haciéndolos coprotagonistas.

El Sínodo trató sobre la fe y el discernimiento vocacional. Creo que es una excelente ocasión para mirar la manera de cómo estamos acompañando a cada joven en su propia búsqueda de sí, en su propia búsqueda vocacional, y particularmente cómo acompañamos y acogemos a quienes sienten en su interior la llamada a vivir el carisma Marista, como hermano, como laico o laica. Y siempre acogiendo todo esto como un don.

  • Conclusión

Hemos iniciado apenas el tiempo de Adviento, y la primera imagen que me viene a la mente es María de la espera, María de la esperanza. Ella sigue siendo nuestra inspiración.

Champagnat decía con frecuencia: “María, ésta es tu obra”. Desde el momento de mi elección, he sentido mucha paz al saber y sentir que este Instituto es obra de Dios, es obra de María.

No tengamos miedo a abrirnos a la novedad, como lo hizo María. No temamos dejar todo aquello que  nos impide avanzar o que de alguna manera nos ata y nos frena. Ella tenía su corazón lleno del fuego de Dios y por ello fue capaz de dar un “sí” a la llamada del Señor y de abrirse a la novedad.

Que este tiempo de Adviento sea tiempo de animarnos a dar un sí renovado y arriesgado a Jesucristo, como el de Ella.

Y, como Consejo general, quisiéramos para este tiempo de Navidad y del próximo año, desearles lo mejor.

Que encontremos en Jesús, María y José el modelo para construir nuestra Familia Marista Global. Que Dios encarnado sea nuestro hogar, faro y puente en 2019. Y que le encontremos en los niños y jóvenes pobres y en las peri- ferias de nuestro mundo.

Desde ahí, con un corazón agradecido: ¡Una muy Feliz Navidad y un Feliz Año 2019!