Más de un centenar de jóvenes de GA 3 han participado en este encuentro veraniego que se ha desarrollado en el campamento onubense de Villaonuba

El verano de 2017 de los Grupos de Vida Cristiana (GVX) de Maristas Mediterránea va culminando su programación y, entre todas las actividades y lugares, hoy aterrizamos en uno de los espacios de referencia del movimiento estival marista: Fuenteheridos, un espacio por el que han pasado centenares de niños y jóvenes de toda la Provincia Mediterránea, siendo uno de los que acumula más presencia en las ediciones del Verano GVX.

En este sentido, esta serie de noticias sobre los campamentos estivales de nuestra Provincia se detiene en la sede de Villaonuba, el campamento marista ubicado en esta pequeña localidad onubense de Fuenteheridos, donde, en concreto, nos hemos encontrado al Campamento de GA3 (alumnos de 13 años) de zona 2), el cual ha tenido lugar entre el 5 y el 12 de julio, y al que ha seguido otro de GA3 (zona3) y también un par de semanas más con GA2 (zonas 2 y 3).

En este lugar se han dado cita unos 120 jóvenes y 23 responsables del campamento entre coordinadores (Tin, Luis Alarcón, Cristina Roldán, Santiago Gallardo, Carlos Torres y Luis Gutiérrez) y animadores (María, José Antonio, Isa, Lola, Cinta, Francis, Ana Belén, Fernando, Naza, Benito, María Jesús, Paula, Vidal, Nisa, Lucía, Joserra y Nolasco) y cuyo objetivo principal era, de una forma amena y divertida, trabajar desde el Ser, intentando que los chicos y chicas descubran las potencialidades que llevan dentro y, por supuesto, entre los descubrimientos, mostrarles el estilo de vida de Jesús, el BuenaJente, para que lo valoren y lo contemplen como una alternativa válida para vivir su vida desde ella.

“Tenemos muy presente la diversión y el entretenimiento, pero todo llevo un trasfondo, porque nuestra meta principal es profundizar y desarrollar el estilo de vida de los Grupos de Amistad (GA), impregnarlos del estilo de Jesús y que se convierta en algo atractivo para todos los que participante en este encuentro en Fuenteheridos”, ha explicado el coordinador principal, Agustín Sánchez, ‘Tin’.

Para ello, ciertos personajes, a modo de exploradores, han aterrizado por los parajes de Fuenteheridos, dónde se encuentran con una máquina del tiempo que les llevará a diferentes momentos de la historia. ¿Qué les habrá deparado Villaonuba? Una cosa segura: viajes en el tiempo. Se han convertido en ‘Viajeros en el tiempo’ y bajo esa premisa han pasado por la Prehistoria, por la antigua Grecia, por la civilización egipcia, el Oeste americano, la Atlántida y el futuro.

Cada uno de ellos ha contado con una historia particular y una serie de pruebas o juegos en los que han llegado a competir ante los antiguos dioses griegos, configurado tribus, desarrollado Olimpiadas, Buscado el Dorado y celebrado una feria, donde las actividades iban del lanzamiento intergaláctico o el marcianito saltarín hasta el duelo de astronautas o la princesa de los marcianos, pasando por las espadas láser o el sucesor de Zeus. Los detalles de cada prueba… mejor que no se sepan. Si quieres saber más, ve y príngate, nunca mejor dicho.

Junto a ello, también ha habido tiempo para desarrollar talleres de marcos y camisetas, de cuadros de arena, de pulseras de cabo y de periodismo. Opciones para la sobremesa con las que poner en práctica la habilidad y la destreza personal y fortalecer la convivencia en grupo dentro del campamento, siempre enfocado a los jóvenes en una época de esparcimiento como es el verano.

“Creo que hemos conseguido que el campamento sea una experiencia fuerte de vida de grupo y de identificación con los GA, así como con las pruebas y juegos, que hemos logrado poner en práctica las actitudes de cooperación, amistad, ayuda a los demás, paz, naturalidad, perdón y disponibilidad, entre otras”, ha apuntado Luis Gutiérrez, otro de los coordinadores.

En este sentido, desde el principio, incluido el primer Manantial, se les ha indicado por dónde ‘iban los tiros’ (al margen de los del Oeste americano): la gran aventura del Ser, la que se considera la más maravillosa aventura en la que se vayan a embarcar para que, a estas edades, aprendan a tener su propia personalidad; ser una persona auténtica y ser uno mismo.

Y a la vez que se trabajaba a nivel individual, se hacía a nivel grupal ¿Cómo? Tensando… en el buen sentido. A través de una dinámica en la que los vientos (como los de las tiendas de campaña), son aquellos valores y compromisos que dentro del grupo nos mantienen derechos, tensos y, a partir de esa idea y ese símil, se contribuye a que los chavales vayan asumiendo la importancia del grupo, como lugar de encuentro, de compartir y de construir. Las reflexiones de ellos sobre el ambiente y la marcha del campamento, qué vientos se quieren tensar y cómo hacer para que no se aflojen, interesantes como siempre.

Todo ello se ha combinado con salidas fuera -las famosas 24h- o una linternada para conectar más Villaonuba y el pueblo de Fuenteheridos. Todo, para que sean detallosos, se den a los demás, sean cooperativos, alegres, etc… Cultivando valores a través de la colaboración y de la unión marista.

En esta sede de Fuenteheridos se han dado cita, por tanto, muchos jóvenes maristas en distintos ‘tiempos’. Pero ya sea antes, ahora o después, los valores y creencias siguen presentes y plenamente vigentes. Podemos viajar en el tiempo, pero siempre nos encontraremos con la Buena Noticia y con personas, como Maristas, dispuestas a difundirla, ya sea mediante el boca a boca como era antiguamente; a través de las redes sociales, como se hace hoy en día o de la manera especial que se hace en este Verano de GVX 2017. Gracias por ello.