Medio centenar de jóvenes de GA4 a M2 ha participado y vivido al máximo la convivencia estival que se ha desarrollado en tierras valencianas

Completamos la serie de informaciones sobre el verano de 2017 de los Grupos de Vida Cristiana (GVX) de Maristas Mediterránea, cubriendo la última de las iniciativas veraniegas a las que hemos asistido -dentro de las 15 propuestas organizadas-, y que nos ha llevado hasta otro punto con presencia estival de la pastoral marista: Ràfol de Salem, una localidad de la provincia de Valencia.

El campamento marista ubicado en este pequeño municipio levantino ha tenido una única celebración, la del Campamento de GA4 a MA2 (alumnos de entre 14 y 16 años) de la zona 1, esto es, Levante, y el cual ha tenido lugar entre el 16 y el 24 de julio. En este punto se han dado cita medio centenar de jóvenes y más de una docena de responsables del campamento entre coordinadores y animadores (Ana, Marina, Jorge, Belén, Guillermo, María, Inés, Nacho, Cartagena, Mercedes, María Jesús, Ángel, Borja, Jorge y Samuel).

Su objetivo principal ha sido poder llevar a cabo muchas actividades y hacerlas todos juntos, favoreciendo una experiencia de grupo a través de la cual vivir los valores propios del cristiano y celebrarlos, desde su experiencia personal. Para ello, se ha hecho una adaptación del contenido de Robin Hood, que ha sido usado como marco simbólico para representar a un grupo de personas que defienden las causas de los más débiles y pobres frente a los abusos de otras.

“Lo que hemos querido en esta convivencia ha sido hablar de vida, pero VIDA con mayúsculas, de la nuestra, de cada uno y en grupo, viendo nuestros fallos y nuestras virtudes, desarrollando nuestras habilidades y capacidades para intentar ser cada día un poco mejores. Y, con todo ello, hemos buscado comprometernos, en la vida, para que sea una de nuestras señas de identidad, y aquí, en el campamento, para que éste funcionase bien y se aprovechase al máximo, algo que sólo era posible si cada uno de nosotros intenta sacar lo mejor de uno mismo. Creo que lo hemos conseguido” ha explicado la coordinadora del encuentro, María Jesús Bailo.

Esas ideas y esa actitud eran compartidas por todo el Equipo de responsables, lo cual ha ayudado a que los jóvenes constaten que el estilo de los GVX es el estilo de Jesús y de sus amigos, repleto de energía y de compañerismo, y en el que se han mostrado felices viviendo como Él a la vez que han afianzado su sentimiento de pertenencia a los Grupos de Amistad y Marcha.

Ha sido una convivencia muy divertida, con multitud de actividades, juegos y dinámicas en las que los jóvenes se han dejado -en ocasiones, literalmente- la piel para sacar el mayor partido a los días y a las propuestas de ocio, evangelización y aprendizaje. Todo ha empezado por la construcción de un castillo y ha acabado… con la victoria final, pero no de uno, sino de todos los participantes. Han sido unos días de entrenamiento -de cuerpo y espíritu- a los que más pronto que tarde le verán el fruto y todo bajo el hilo argumental de Robin Hood y su banda alegre. “Porque el mundo necesita muchos Robin para que sea un poco mejor y un poco más justo”, ha añadido María Jesús.

Según el Hermano Samuel, otro de los coordinadores, cada día se planteaban las dinámicas estableciendo similitudes entre los episodios vividos por Robin Hood y su equipo y el programa que se había preparado desde GVX. “La meta final era que los chicos y las chicas captaran la esencia y la motivación de este personaje: que daba todo a los demás, que se entregaba por completo en pro de la verdad y la justicia y con eso hemos jugado todos estos días, intentando transmitir su liderazgo y su influencia a todos”.

Y así, entre historieta e historieta, y entre juego y juego, afloraban los sentimientos de amistad, de arrojo, de cooperación, de valentía, de esfuerzo y de capacidad de superación. Entre ellos, hubo un día en el que probaron esos límites de forma conjunta, a través de los juegos de torneo, y de forma individual, a través de un circuito lleno de pruebas en plena naturaleza al estilo del programa de televisión ‘Ninja Warrior’. Nadie se guardó una gota de esfuerzo y fue un auténtico espectáculo. Parecíamos estar entre los árboles de Sherwood, sólo faltó ensayar el tiro con arco. Ah, tampoco, porque eso ya lo hicimos otro día y algunos ciertamente demostraron gran manejo del mismo y certera puntería.

En definitiva, una prueba de la capacidad de sembrar alegría y buen rollo en un gran grupo humano, practicando siempre la pedagogía de la presencia y estando cercanos a los jóvenes y a su realidad, ayudando con sus problemas, reforzando su confianza y potenciando su diversión. Exprimiendo el término “animador” y dándole máximo sentido, siempre con una sonrisa, ofreciendo escucha y comprensión. Logrando una completa convivencia, al estilo y semejanza de Robin Hood y sus amigos. Toda una conquista que ha tenido lugar, no en tierras británicas sino en territorio valenciano.

En esta sede de Ràfol de Salem finaliza nuestro repaso a los campamentos de verano de GVX 2017, que cuentan con las actividades para universitarios que otro trataremos otro verano. Ha sido una auténtica experiencia, llena de vida y de emoción. Ilusionante al ver a tantas personas implicadas para hacer disfrutar a niños y jóvenes. Esperanzador al descubrir a tantos alumnos identificados con el camino de Jesús. Motivante al comprobar toda la actividad evangelizadora que genera Maristas Mediterránea. Cautivador al observar todas las posibilidades de crecimiento personal y social. Por todo ello, Gracias.