Comenzamos nuestra oración En el nombre del Padre…

Oramos hoy de nuevo con un cuento de Jorge Bucay.

Reflexión:

A lo largo del curso, de nuestra vida, nos vamos a encontrar multitud de dificultades. ¿Qué hacemos ante ellas?

A veces decimos, con eso no puedo yo, esta asignatura o este tema es imposible para mí. ¿Has luchado con todas tus ganas?

Recuerda, nunca dejes de remar…

Pensamos un momento en esas dificultades que tenemos.

Champagnat…

Marcelino era plenamente consciente de que sus sueños, para que algún día pudieran llegar a hacerse realidad, debían ir acompañados de su lucha y de su trabajo responsable; él creía que ningún gran proyecto de vida es posible si no es a través del esfuerzo personal y de la voluntad. Además, creía que el trabajo sólo podía llenarse de sentido y, en consecuencia, resultar gratificante, en la medida en que se relacionara con una meta o con un objetivo que conseguir (en su caso, la fundación de la congregación de los Hermanos Maristas y la puesta en marcha y realización de un proyecto educativo.

No es extraño, pues, que en la primera redacción de un texto, elaborado por Marcelino, sobre la vocación, señalaba el “amar el trabajo y el “detestar la ociosidad” como imprescindibles para entrar en la congregación.

Oración (todos juntos)

 

«Señor, confieso que no me conozco, que me encuentro lleno de defectos e imperfecciones. Ayúdame a conocer mis defectos y, sobre todo, concédeme la gracia de combatirlos, de hacerles la guerra sin cuartel y corregirlos. Te pido este favor desde lo más profundo de mi corazón».

(Oración escrita por Champagnat a los 19 años)

 

Santa María, Tú que estuviste cuerpo a cuerpo con los hombres de tu tiempo

y lo sigues estando hoy en cada uno de nosotros, tus hijos…

préstame tu cuerpo para que sienta en cada instante las necesidades

de mis hermanos más necesitados, y pueda ir, corazón presto, en su ayuda.