Varias entidades sociales trabajan coordinadas en Málaga para confeccionar 120.000 mascarillas sanitarias

  • El “Proyecto Hilandera” es una iniciativa conjunta de la ONGD Taller de Solidaridad (TdS), la congregación Siervas de San José y la Fundación Marcelino Champagnat del Instituto de los Hermanos Maristas.

  • Este proyecto, que ya emplea a 4 mujeres en riesgo de exclusión y ofrece prácticas a jóvenes, se ha unido a la iniciativa promovida por la Diputación de Málaga, CaixaBank y la Fundación Bancaria “la Caixa”, con la colaboración de “Málaga Moda”, para luchar contra el Coronavirus y contribuir al fomento de empleo digno entre mujeres en situaciones desfavorecidas.

Más de una veintena de personas de varias entidades sociales, las cuales participan en el proyecto textil social ‘Hilandera’, están trabajando de forma coordinada para confeccionar 120.000 mascarillas sanitarias y contribuir, en la medida de sus posibilidades, a la lucha general contra la propagación del COVID19.

Este proyecto, puesto en marcha en Málaga, en septiembre de 2019, y compuesto por tres entidades sociales como son la ONGD Taller de Solidaridad, la Congregación Siervas de San José y la Fundación Marcelino Champagnat del Instituto de los Hermanos Maristas, se suma así a la espiral de solidaridad que invade España. Se trata de un taller ético de confección textil y promoción social que forma y emplea a mujeres en situación de vulnerabilidad en el barrio de Carlinda. Un taller que hoy sigue manteniendo sus máquinas de coser en marcha gracias a sus cuatro trabajadoras, al personal técnico de las entidades y a 6 personas voluntarias que se suman a todos aquellas que están contribuyendo a proteger la salud en nuestro país.

Asimismo, esta iniciativa concreta está apoyada por la Diputación de Málaga, CaixaBank y Fundación Bancaria “la Caixa”, para hacer frente al COVID-19. Gracias a los 5.000 metros de polipropileno y 50.000 metros de goma elásticos aportados por “Málaga de Moda” y a las becas de inserción que ofrece la Obra Social ‘la Caixa’, para contribuir a el salario de las mujeres de este Taller de confección y de otros talleres de la provincia, estas mascarillas se podrán repartir a los centros Guadalmedina, Virgen de la Esperanza y La Vega de Antequera, a personal dedicado a atención domiciliaria de personas dependientes, así como a hospitales y centros de salud de la provincia.

Este taller tiene hoy una doble contribución social: a corto plazo, ponerse al servicio de la sociedad para apoyar en la contención de la pandemia y, a medio y largo plazo, contribuir a la creación de empleo de mayor calidad y ofrecer un mejor acceso al mercado laboral para mujeres que habían perdido la esperanza de tener una oportunidad de empleo. Además, en un momento en que se disparan los ERTES y que el futuro se hace incierto, estas tres entidades sociales (ONGD Taller de Solidaridad, Siervas de San José y Fundación Marcelino Champagnat de los Hermanos Maristas) muestran su compromiso con la cesión de sus instalaciones y la implicación de su personal en esta iniciativa solidaria y garantizan el trabajo de estas cuatro mujeres que se enfrentaban a una situación de desempleo y de exclusión social a causa de las dificultades en la búsqueda de oportunidades laborales, y que ahora ponen sus manos al servicio de la lucha contra esta crisis sanitaria.

El Proyecto Hilandera comenzó con un curso de formación en corte y confección a 14 mujeres en situación desfavorecida y, actualmente, emplea a 4 de las participantes, además de ofrecer prácticas a jóvenes. Tal proyecto se ubica en una nave de la Fundación Marcelino Champagnat de los Hermanos Maristas, en cuyas instalaciones también se desarrolla el taller de serigrafía de ‘Suman2+’. Ambos proyectos de inclusión social pretenden mejorar la empleabilidad, la autonomía y la integración social empoderando a las personas que parten de una situación de desventaja, trabajando desde la transparencia y la ética social.

En definitiva, “Proyecto Hilandera” quiere ser un ejemplo para mostrar que se puede ser solidario, productivo y competitivo, contando con un equipo de personas que aportan capacidades diferentes y dosis de creatividad, que reciben un salario digno por su trabajo y que ven garantizados sus derechos laborales en igualdad de condiciones, a la vez que se desarrolla un sistema de producción y trabajo que favorece la consecución del ODS 8 (promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos), de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.