La tercera y última jornada pone el broche de oro a tres días inolvidables de deporte, debate, valores, convivencia y espíritu marista en Badajoz, como testimonio vivo del Evangelio hecho encuentro

Con el eco de los últimos silbatos, el brillo de las medallas y la emoción de los abrazos, la Maristiada 2025 ha llegado hoy a su fin en el Colegio Nuestra Señora del Carmen de Badajoz. Y lo ha hecho por todo lo alto, como auténtico colofón de tres días olímpicos llenos de intensidad, compañerismo y fraternidad entre más de 1.000 estudiantes y docentes de cerca de una veintena de colegios maristas de la mitad Sur de España y Portugal.
Al igual que en unas Olimpiadas profesionales, esta tercera jornada ha sido la culminación de un viaje compartido, donde lo deportivo, lo educativo y lo humano han ido de la mano. Se han entregado trofeos, copas y medallas a los equipos ganadores en las distintas disciplinas como fútbol, baloncesto, atletismo, vóley, tenis, balonmano, así como a los finalistas del torneo de debate, donde la palabra y el respeto han demostrado ser también un arte competitivo.
Sin embargo, y pese a las distintas posiciones dentro del medallero general de esta Maristiada, lo más importante es que todos han ganado: en aprendizaje, en experiencias vividas, en amistades tejidas y en el orgullo de representar y ser parte tanto de su colegio, a nivel local, como de la gran familia marista, a nivel general.


En cada entrega de premios, más que un podio, se respiraba una auténtica ceremonia de agradecimiento y celebración del camino recorrido. Y algunos de los mensajes que han dejado las distintas expediciones son el mejor testimonio de ello. Desde Algemesí y Cullera, un sencillo pero emotivo: "Muchas gracias por prestarnos vuestra clase estos días. Hemos estado como en casa". El alumnado de Maristas Denia compartía: "Gracias a la clase de 4ºC y a su tutora, Marta, por dejarnos su aula como hogar ¡Viva Marcelino Champagnat!". Y desde Cartagena, el gesto fue aún más simbólico: "Gracias por estos tres días maravillosos y hacernos sentir como en casa. Aquí os dejamos un trocito de Cartagena como recuerdo", mientras entregaban una sudadera de su centro a la organización de Badajoz.
Este espíritu fraterno, que ha desbordado pasillos, pistas, gradas y hasta el corazón de la ciudad, ha sido el hilo conductor de una experiencia que ha sabido unir deporte, cultura, convivencia y pastoral en un solo lenguaje: el del Evangelio hecho vida. No han faltado durante estos días los momentos de oración, los gestos de fe compartida y las dinámicas pastorales que han convertido esta Maristiada en un evento profundamente evangelizador.



Cada participante ha sido voz viva de una experiencia educativa integral, donde lo físico y lo emocional, lo espiritual y lo social se han entrelazado como en una intensa y apasionante carrera de relevos. El testigo que ahora llevan a sus hogares no es solo el recuerdo de un gol, una canasta, un remate o una ovación, sino el convencimiento de que la fraternidad sincera, la alegría sencilla y el esfuerzo compartido -y todo ello, realizado en equipo, en comunidad- son también Buena Noticia para el mundo de hoy.
Maristas Badajoz y todas las obras educativas maristas participantes se despiden de esta Maristiada 2025 con orgullo, gratitud y el corazón lleno. Porque más allá de la clausura oficial, el sentimiento surgido en este gran encuentro no ha termino sino que se diría que, en realidad, ha comenzado. Y, así, cada uno de los más de mil participantes, sin duda, seguirán haciendo camino… juntos.







