#MaristJump: Arrancan las Semanas Vocacionales

El Equipo Provincial de Pastoral impulsa en este 2020 el desarrollo de estas iniciativas en nuestros colegios de España, Italia y Líbano para contribuir al crecimiento en el camino vocacional de los miles de niños y jóvenes que integran las aulas maristas

Nuevo año y, en Maristas Mediterránea, comienzan nuevas iniciativas. En concreto, hoy anunciamos que arrancan las Semanas Vocacionales Maristas unidas bajo el lema #MaristJump. El Equipo Provincial de Pastoral, dando continuidad a la línea de trabajo establecida el pasado año, impulsa en este 2020 el desarrollo de estas iniciativas en nuestros colegios de España, Italia y Líbano para contribuir al crecimiento en el camino vocacional de los miles de niños y jóvenes que integran las aulas maristas.

El proyecto ha arrancado ya en tres colegios maristas (Córdoba, Denia y Valencia) y se prolongará, fundamentalmente durante el mes de enero, en el resto de colegios maristas de nuestra Provincia, si bien, en algunos casos, la Semana Vocacional se ha trasladado a otras fechas en los meses de febrero y marzo en función de la mejor organización de todas las actividades que alberga cada centro. El trabajo presencial en las aulas se apoya y complementa con la utilización y aprovechamiento de los materiales que se incluyen en la página web provincial de Maristas Mediterránea y cuyos detalles puedes ver aquí.

Al igual que el pasado curso, este área de trabajo se lleva a cabo de forma coordinada a través de esa campaña común que nos invita a “saltar” como Maristas y ser libres para poder gozar de una vida plena en la que crecer y evolucionar lo máximo posible como personas. Tal y como se explica en la motivación que acompaña estas semanas vocacionales, “cuando nacemos, nuestro sistema motor está en desarrollo constante y nuestro cuerpo está en continuo movimiento, no deja de brincar. El niño, uno de los gestos que necesita experimentar y que busca incansablemente es el saltar, es el placer que se siente al saltar. Lógicamente sin saber los riesgos que conlleva saltar, pero para eso está nuestra familia, para guiarnos y ayudarnos. Vamos creciendo y con la ayuda de la familia, de los profesores, de los catequistas, de los entrenadores, etc… empezamos a ser conscientes de todo eso y empezamos a vivir diferentes experiencias en las que nos planteamos si debemos saltar o si merece la pena saltar”.

Este proyecto pastoral se centra en eso y, siendo conscientes de que el crecimiento y descubrir vocacional es algo continuo, que no cesa, sin importar la edad, en advertir que nuestra vocación necesita de determinados momentos de discernimiento, de opción, de decisión, que acompañados por el Espíritu nos lleven a “saltar”. Son momentos, en los que, por la edad, curso escolar, momento vital o por llamadas fuertes que sentimos en nuestro interior, nos podemos plantear un determinado salto. A pesar de entender que la vocación necesita de determinados saltos, sabemos que es un proceso continuo que no podemos olvidar, al que siempre hemos de estar atentos, que envuelve toda nuestra vida y nos hace “caminar” recogiendo experiencias y aprendizajes a través de todo aquello que vivimos, junto a todas las personas que nos rodean, muchas de las cuales acompañan especialmente este caminar (familia, educadores, catequistas, …).

Desde el Equipo Provincial de Pastoral personalizan esta campaña y, para ello, la letra “m” de la palabra “Jump” se sustituye por la “M” Marista. Para ver como, detrás de cada salto que demos en nuestra vocación, tenemos la suerte de contar con una vivencia y un carisma que nos lleva y educa en la misión, en el apostolado que nos lleva a “saltar”, a tomar decisiones. Al mismo tiempo, esa “M” sirve como paracaídas que ayuda a amortiguar la caída a través de tantas personas que dentro de una escuela marista acompañan el crecimiento vocacional de un niño o joven. Todo ello, unido al pequeño gran matiz de que saber que nuestra vocación es cristiana, que no buscamos ni perseguimos nuestros deseos o proyectos, sino aquellos que Dios tiene para cada uno de nosotros. Así pues, concluye la motivación marista, se podría decir que “no perseguimos nuestra felicidad, sino que la encontramos buscando la felicidad de los demás”.

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