Badajoz continúa celebrando la Maristiada 2025, el llamativo evento que combina deporte, valores y fraternidad en una jornada maratoniana donde el millar de participantes se vuelca para disfrutar al máximo la experiencia

El Colegio Nuestra Señora del Carmen de Badajoz y sus alrededores se ha convertido, durante estos días, en una auténtica villa olímpica juvenil protagonizada por estudiantes llegados de numerosas obras maristas. Queriendo emular el espíritu de unas Olimpiadas reales, la Maristiada 2025 ha desplegado ya hoy a pleno rendimiento a las más de 1.000 personas entre estudiantes, docentes y comité organizador que representan a colegios maristas de la mitad de la geografía peninsular.
Badajoz se sumerge, como ciudad, en una atmósfera vibrante de deporte, enseñanza, alegría y, también, de trabajo en el ámbito del debate, y de cultivo de la fe y la interioridad a través de la oración y la fraternidad.
A lo largo de más de 12 horas ininterrumpidas, los participantes se están enfrentando en una diversidad de disciplinas deportivas: fútbol, baloncesto, voleibol, atletismo, balonmano, fútbol, tenis, baloncesto, vóley… además de competir a través de la palabra (torneo de debate). Una variedad digna de cualquier cita olímpica internacional, que ha llenado los espacios del colegio de actividad, emoción y, sore todo, un ambiente festivo y de sincero compañerismo.


La organización está siendo uno de los pilares fundamentales del éxito del evento. La planificación, el cronometraje, la atención a los participantes y un entorno cuidado, atento a cada detalle, hablan del esfuerzo colectivo y la entrega de los equipos organizadores. Además, las modernas y renovadas instalaciones deportivas del centro —un recién estrenado campo de fútbol 11 de césped, un moderno pabellón polideportivo, amplios patios y zonas deportivas versátiles, además de aulas equipadas y polivalentes— están siendo el escenario perfecto para desarrollar todas las pruebas con fluidez y seguridad.
Más allá de la competición, la Maristiada está siendo una fiesta del espíritu marista, impregnado de los valores de humildad, sencillez y modestia, que se hacen visibles en cada gesto de apoyo mutuo, en el respeto a las normas, en los abrazos tras las victorias y, también, en los consuelos y la solidaridad tras las derrotas. El deporte se ha convertido aquí en herramienta pedagógica, integrando el crecimiento físico con la educación en valores, lo social y lo pastoral, en una experiencia que va mucho más allá del resultado final.



El ambiente, teñido de coloridas camisetas, cánticos de ánimo y risas compartidas, ha contagiado también a la ciudad, que ha visto cómo sus calles se llenaban de jóvenes en chándal camino del colegio, despertando la curiosidad y simpatía de los pacenses. La magia del encuentro no solo se ha vivido en las pistas, sino también en los pasillos, las comidas compartidas y los momentos de animación, creando vínculos que, seguro, perdurarán más allá de este evento.
Mañana será la tercera y última jornada de esta Maristiada 2025, que promete cerrar con broche de oro un proyecto ilusionante, que ya ha dejado huella en quienes lo están viviendo. Una cita que ha demostrado que el deporte, vivido desde la fraternidad marista, puede ser mucho más que una competición: puede ser una verdadera celebración de lo que somos y soñamos juntos.



