Comienza la Cuaresma, un tiempo litúrgico de preparación personal y comunitaria previo a la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.

Comienza la Cuaresma. Y nos sentimos invitados a poner el acento en lo particular (se trata de un encuentro personal con Dios y con nuestra vida) y en la renovación (para lograr completar el proceso de “cambio à conversión à vida”). A su vez, solemos necesitar, en muchas ocasiones, del perdón y la misericordia para poder volver a comenzar (aceptar, reconciliarse, perdonar y perdonarse…).

Este año, en Maristas Mediterránea hemos elegido “Fuertes de Corazón” como el lema específico que nos acompañará durante toda la Cuaresma de 2023. Esta expresión está relacionada con nuestro lema central del curso -Sonríe de Corazón- y, todo lo que significa y conlleva ha sido confeccionado por el Equipo Provincial de Pastoral (EPP).

Y este lema cuaresmal lo decimos en plural porque tenemos la fuerza de sentirnos acompañados por la comunidad, por los amigos y amigas, la familia, el colegio, etc. Al respecto, le pedimos a Jesús que seamos fuertes en un doble sentido en estas semanas. Por un lado, que nos mejoremos en nuestro corazón (nuestra capacidad de sentir, de ser sensibles… en definitiva, de amar). Por otro lado, que nos preparemos para ser fuertes en la adversidad (situaciones de injusticia, soledad, enfermedad, muerte…), además de ayudar a las demás personas a ser fuertes también.

⚠️ ¡Atención Spoiler! ⚠️ Todo ello, para ir descubriendo que nuestra verdadera fortaleza está en Dios y en la comunidad.

Estamos en un tiempo especial en el que, igualmente, aprovechar para cuidar y cuidarnos -por dentro y por fuera- y centrarnos en lo más importante: el corazón. Y comenzamos todo ello hoy, Miércoles de Ceniza, en la que celebraremos en nuestras obras la correspondiente Eucaristía como una auténtica Acción de Gracias, poniendo la confianza en Jesús, que camina con nosotros en esta Cuaresma; y agradecidos por todo lo que Dios cambia en nuestra vida para que sea más plena.

Hermanos y laicos; escolares, claustros, familias… Todas las personas que componen la gran familia marista de Mediterránea celebramos esta época con la alegría de ponernos en camino hacia la Pascua y le pedimos al Dios de la vida que cambie nuestro luto en danza, nuestra tristeza en alegría, nuestras habituales prácticas de Cuaresma en compromisos reales por humanizar nuestro mundo y nuestros egoísmos en amor entregado.

Cinco Domingos, Cinco Elementos

Volviendo al lema cuaresmal, junto al “Fuertes de Corazón”, todas las imágenes y diseños, además de la planificación pastoral para estas semanas, aparecen los elementos clásicos de este tiempo:

  • La limosna (que significa dar, compartir)
  • La oración (que ha de ser auténtica, y tanto particular como comunitaria)
  • El ayuno (que se entiende como realizar un sacrificio para algo, privarse, entrenarse)
  • La conversión (que apela al cambio personal)
  • La caridad (que es sinónimo de amor, de amar)

En total, cinco elementos, como cinco son los domingos de Cuaresma y, también, como son los días entre semana. Y, de hecho, en las oraciones diarias preparadas por el EPP, la propuesta es destacar uno de ellos diferente de lunes a viernes. Junto a estas ideas principales, muchas otras relacionadas con tales elementos pueden surgir en esos momentos de celebración en comunidad.

En Cuaresma se nos invita a realizar este tipo de ritos o prácticas vinculados con ella pero, ante todo y sobre todo, que lo que sea haga, sea desde la sinceridad y la autenticidad. Recordemos que lo que verdaderamente agrada a Dios es lo que brota de nuestro interior hecho sin buscar el aplauso o el reconocimiento.

Hoy arrancamos, como decimos, con la imposición de la Ceniza, un rito clásico pero que puede ser novedad al caer en la cuenta de que necesitamos estar más en contacto con nosotros mismos, con Dios y con los demás. Porque se trata de mirar dentro de nosotros para ver debilidades e imperfecciones, esto va también de reconocer las fortalezas y talentos que tengo yo y las que me pueden aportar los demás… y Dios.

La Cuaresma nos prepara para el gran reto de la Cruz, una situación que requerirá que estemos “Fuertes de Corazón”. Así que lo mejor será que empecemos nuestro entrenamiento. Desde Maristas Mediterránea deseamos que vivamos la Cuaresma como esa auténtica oportunidad de cambio en nuestra vida, pidiéndole a Dios que nos ayude a vivirla desde la alegría, el compromiso y el encuentro personal con Él.