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Más de un millar de participantes en ‘nuestra’ Semana Santa

Maristas Mediterránea celebra en su zona de España unas 60 actividades vinculadas a la Pascua en un total de seis sedes La zona española de Maristas Mediterránea celebra su particular Semana Santa y lo hace mediante el desarrollo de unas 60 actividades en un total de seis sedes, repartidas entre las regiones de Andalucía y Comunidad Valenciana. Durante este tiempo litúrgico, se llevarán a cabo encuentros maristas vinculados con la Pascua de los Grupos de Amistad, de los Grupos de Marcha y de los Grupos de Comunidad. En concreto, los de Amistad se han reunido en Teularet (Valencia), Jaén y Bonanza (Cádiz); los de Marcha se han citado en Loja (Granada), Jaén, Guardamar del Segura (Alicante) y Bonanza (Cádiz); y, finalmente, los integrantes de Comunidad se ven en Castillo de Maimón (Córdoba). En todas esas actividades van a participar más de 1.000 personas: más de 875 participantes (de diferentes etapas educativas), cerca de 170 catequistas y unos 60 coordinadores, deseosos de vivir con pasión, ilusión y cercanía esta Semana Santa de 2023, en la que se recupera la presencialidad completamente y no existen ningún tipo de restricción derivada de la pandemia sufrida años atrás. Todas las actividades destinadas a los Grupos de Amistad de la zona 1 se han celebrado en la sede levantina de Teularet; mientras que las de zona 2 y la 3 de este tramo se producen en Jaén y Bonanza respectivamente. Todas, calificadas como actividades de Prepascua, ya que se están llevando a cabo del 24 al 26 de marzo y entre el 1 y el 4 de abril. En este último periodo también se incluyen las reuniones de Marcha 1, zonas 2 y 3, que tienen lugar en Loja. El resto, consideradas actividades completamente de Pascua, se celebran entre el 5 y el 9 de abril, y que servirán para culminar toda la programación organizada por el Equipo Provincial de Pastoral (EPP) de Maristas Mediterránea; la cual cuenta con la valiosa colaboración de todas las personas que forman parte de ‘nuestra’ Semana Santa como catequistas y coordinadores y, por supuesto, de todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que participan en

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A los educadores de las obras sociales de la Provincia Mediterránea (Carta Abierta VI)

CON BRILLO EN LOS OJOS Y BARRO EN LOS PIES “El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas,hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todas las cadenas,compartir tu pan con el hambriento,hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudoy no dar la espalda a tu propio hermano.Entonces brillará tu luz como la aurora…” (Is. 58, 6-8) A los educadores de las obras sociales de la Provincia Mediterránea El 27 de marzo de 2020, hace justo tres años, fuimos testigos de una imagen insólita que permanece aún en nuestra retina y forma ya parte de la historia reciente del Vaticano y del mundo. Era viernes de la cuarta semana de cuaresma. El Papa Francisco, solo, caminaba en una plaza desierta y empapada por la lluvia. Avanzaba sobre la escalinata de la basílica de San Pedro hasta llegar al atrio del templo. Desde allí impartió una bendición “urbi et orbi” extraordinaria para un mundo asediado por el coronavirus. “Con la tempestad – dijo -, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”. Me parece oportuno comenzar recordando ese momento y evocar la imagen potente, consoladora y profética de esa tarde lluviosa. Con voz firme y tierna a la vez, Francisco recordaba al mundo que “nadie se salva solo” y que “en esta barca estamos todos”. Inspirado por esta imagen, os escribo hoy en el formato de carta abierta. Como las anteriores, está dirigida a toda la provincia y en esta ocasión, especialmente, a los educadores y educadoras de nuestras obras sociales. Es para mí una oportunidad para expresar mi agradecimiento por vuestro trabajo y, sobre todo, por el testimonio de vuestras vidas. La bomba de la pobreza La pobreza tiene muchos rostros. Los podemos ver cerca de nosotros, en nuestros lugares de trabajo y en los barrios donde vivimos. También en países lejanos donde el discurrir cotidiano se convierte en un ejercicio de continua y penosa supervivencia. Son rostros de hombres, mujeres y niños castigados por el dolor, la marginación, la falta de servicios sanitarios, la malnutrición, la privación de libertad y dignidad, la migración forzosa, la falta de trabajo, etc. Son rostros concretos, seres humanos, personas que tienen nombre. Ninguno de nosotros es ajeno a esta triste realidad. En nuestros colegios atendemos cada día a cientos de niños con carencias muy diversas que, en muchos casos, amenazan su crecimiento e hipotecan su futuro. En nuestras obras sociales nos esforzamos en ayudar a niños y jóvenes inmigrantes que sufren la soledad y el desarraigo, reforzamos con apoyo escolar a niños que provienen de entornos desprotegidos o con escasos recursos, y desarrollamos proyectos encaminados a la inserción laboral de jóvenes en situación de riesgo. Vosotros, queridos educadores, conocéis de primera mano todos estos dramas y dedicáis lo mejor de vosotros mismos a sanar heridas y desplegar sueños. La “Carta desde Alepo, Nº42” describe la situación desesperada que vive la ciudad y habla de “la bomba de la pobreza”, que es peor que la guerra. Es una bomba real que, bajo distintas formas y expresiones, amenaza la vida de seres humanos en todo el mundo. Nosotros, seguidores de Jesús, nos sentimos llamados a desactivarla. Desde nuestra fe en un Dios hecho pobre y siempre cercano a los excluidos, el compromiso con el desarrollo integral de los más abandonados no es opcional: forma parte de nuestra esencia, del corazón mismo de nuestro ser cristiano. Podríamos decir que nuestra misión, enraizada en la fe de la Iglesia, es desactivar la bomba de la pobreza y contribuir con nuestras vidas a la construcción de un mundo más humano. Un colchón para Berlier. La solidaridad no es una moda de nuestro tiempo, ni puede convertirse en una exhibición de nuestras bondades. Es más bien una forma de vida que emana del evangelio y tambien de nuestros orígenes maristas. “La sensibilidad de Marcelino Champagnat ante las necesidades y el sufrimiento de los niños de su tiempo nos anima a responder a los desafíos emergentes a los que la humanidad se enfrenta hoy” (Const.59) Quisiera compartir con vosotros dos historias de la vida de Marcelino Champagnat y los primeros hermanos. Me parecen significativas. La primera la cuentan tanto el hermano Jean Baptiste Furet como el hermano Avit, ambos cronistas de nuestros orígenes maristas. Ocurrió en enero de 1825, pocos meses antes de que la comunidad de La Valla se trasladara al Hermitage. Marcelino estaba de viaje y, al volver, un hermano le cuenta el caso de un joven de Le Bechat gravemente enfermo que duerme sobre paja, casi desnudo y sin mantas, en pleno invierno. Al parecer sufre algún tipo de problema mental y no permite ni siquiera a su madre que se acerque a él, alegando que quiere envenenarlo. Era el joven Berlier. El enfado de Marcelino es inmediato: ¿Cómo es posible que los hermanos hayan esperado a que él venga de viaje para actuar? Se pone en camino y va a casa de Berlier. Después de un primer encuentro intentando calmarle y consolarle, Marcelino llama al ecónomo y da la orden de llevarle un colchón, sábanas y mantas. Pero no había ningún colchón extra en la casa y, sin dudarlo, decide llevarle el suyo. La historia continúa, pero me quedo ahí. ¿Cuántas veces nos perdemos en proyectos, programaciones y planes estratégicos y, finalmente, acabamos sin dar respuestas concretas a las necesidades de nuestro entorno? Nos puede a menudo lo políticamente correcto, lo programado y consensuado. Pero hay situaciones que no pueden esperar a un consenso. Creo que Champagnat se irritaría más de una vez con bastantes de nosotros por el mismo motivo que, aquel día de enero de 1825, lo hizo con los hermanos de la comunidad de La Valla. Necesitamos priorizar el corazón. ¿Estamos preparados para ceder nuestro colchón cuando el otro lo necesita más que nosotros mismos? Jean Baptiste Berne, el huérfano que encontró un padre La segunda historia comienza con Jeanne Berne, una mujer joven y con problemas de salud que vivía en una situación de extrema pobreza. Siendo soltera, en 1811 nació su hijo Jean Baptiste Berne. Y aunque más adelante se casó, el hijo nunca fue reconocido y adoptó el apellido de la madre. Durante un período largo de tiempo Marcelino estuvo ayudándola económicamente y acompañándola espiritualmente. Le hacía llegar comida, ropa y leña. Pero el invierno de 1820 fue duro y Jeanne murió. Detrás dejaba a Jean Baptiste, con 9 años y un futuro incierto. Marcelino le aceptó inmediatamente en la escuela-albergue de los hermanos y ahí comenzó un sin fin de quebraderos de cabeza para la comunidad. Era un niño problemático, agresivo e incapaz de someterse a ninguna norma. Se escapaba con frecuencia. Los hermanos lo intentaron todo, pero fracasaron una y otra vez hasta el punto de pedir a Marcelino que lo expulsara. Y una y otra vez Marcelino pedía a los hermanos paciencia y un último esfuerzo. Finalmente, algo sucedió en el corazón de ese niño. Poco a poco Jean Baptiste empezó a cambiar. Fue creciendo a todos los niveles, corrigiendo sus actitudes y moderando su carácter. Se sentía en casa. Tanto es así que pidió hacerse hermano. Fue aceptado en el noviciado y vistió el célebre hábito azul que aún hoy recordamos como algo característico de aquella época; de ahí viene, por ejemplo, el nombre de los “Maristas Azules” de Alepo.  Emitió los votos en 1828 y recibió el nombre de hermano Nilamon. Esta es la historia de Jean Baptiste Berne, el huérfano que encontró un padre en la persona de Marcelino. Apenas dos años más tarde, en 1830, cayó enfermo y murió siendo un hermano marista feliz y ejemplar. Siempre me ha emocionado esta historia de fe inquebrantable en el ser humano. Visibiliza dos de los aspectos más genuinos de nuestros orígenes y de nuestra forma de definirnos como educadores: la pedagogía de la presencia y el trabajo incansable. Pero, sobre todo, nos habla de un educador con una sensibilidad extraordinaria que supo ver a un hermano en un niño huérfano e inadaptado. Con brillo en los ojos y barro en los pies Os cuento estas historias con un ojo puesto en nuestros orígenes y el otro en la realidad actual de cada una de nuestras obras sociales. A través de vuestro trabajo educativo continuamos escribiendo el relato de cientos de niños y jóvenes excluidos que, gracias a vuestra sensibilidad y compromiso, vuelven a mirar hacia el futuro con esperanza. Me gustaría ser capaz de transmitiros un mensaje de ánimo y de apoyo. Sigamos proyectando nuestros mejores sueños a través de la Fundación Marcelino Champagnat, la Fondazione Siamo Mediterraneo, la ONGD Sed, cada una de nuestras obras educativas y cualquier otra plataforma que nos facilite el desarrollo de nuestra misión. Una misión que nunca será completa si no vivimos en profundidad la espiritualidad de la que surge. En la Asamblea Provincial de 2015 acuñábamos una expresión que se convirtió en el titular de las conclusiones a las que llegamos: “Con brillo en los ojos y barro en los pies”. Hacíamos referencia a la espiritualidad que animaba a Marcelino en los comienzos de su misión en La Valla. El brillo de sus ojos era el reflejo de la pasión que sentía por el evangelio y el deseo de compartirlo. A la vez, lo imaginábamos con los pies en el barro, comprometido con los niños y jóvenes más necesitados. Dispuesto siempre a desactivar la bomba de la pobreza y de la soledad. Años más tarde, concretamente el 7 de octubre de 2019, el Instituto publicaba el documento “DONDE TÚ VAYAS. Regla de Vida de los Hermanos Maristas”. Y en el número 81 usaba la misma expresión referida esta vez a María: “Como María, camina con brillo en los ojos y barro en los pies. Ella te invita a ir a otras fronteras.” Este es mi deseo, y también mi oración, al pensar hoy en cada uno de vosotros y vosotras. ¡Gracias! H. Aureliano García Manzanal En  Alicante, a  27 de marzo del

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Entrevista H. Georges Sabè: salir del miedo y reconstruir la vida

Este Hermano Marista charla con el Equipo de Comunicación de Maristas Mediterránea y cuenta la situación de la población de Alepo unos 40 días después del terremoto que asoló Siria y Turquía https://www.youtube.com/watch?v=O1PBjW3r1mY&t=4s “Estamos empezando a salir de la crisis del pánico del miedo que ha provocado el terremoto”. Con esta frase arrancaba la entrevista que desde el Equipo de Comunicación de Maristas Mediterránea se ha realizado al H. Georges Sabè, hermano marista afincado desde hace muchos años ya en Alepo, y que nos ha contado la última hora de la situación de la población, ahora que se cumplen los 40 días del fuerte terremoto que asoló los territorios de Siria y Turquía.              “Y digo estamos saliendo y no hemos salido porque había rumores de que podía haber nuevo terremoto, terrible, hay un pánico generalizado en la población. Solamente a través del pasar de los días tranquilos se puede favorecer el volver a una vida normal”, completaba Georges Sabè.              Durante algo más de 30 minutos, este Hermano Marista ha compartido sus experiencias, sus vivencias, sus reflexiones y sus emociones. Y lo ha hecho respondiendo a preguntas tales como: “¿Cómo estáis los Maristas Azules y las personas víctimas del terremoto a las que estáis atendiendo?; ¿Cómo es el día a día y cuál es la principal ayuda que prestáis?; ¿Vais recuperando la esperanza y contribuye la vida religiosa a ello?; ¿Tenéis miedo de ser olvidados? O ¿Algún deseo más que transmitir?”, entre otras.              Georges Sabè ha explicado la atención diaria que realizan, cubriendo necesidades básicas de alimentación y ropa en las primeras semanas que, ahora, se ve complementada por la labor de acompañamiento y transmisión de serenidad y confianza para que las familias recobren la paz, pierdan ese miedo y quieran volver a casa, puesto que hay algunas que aún no han sido capaces de regresar a sus hogares ni quieren dormir bajo techo. “Es hora de que las personas vuelvan a su casa, a su cama y a su pijama para recobrar lo antes posible la normalidad”, añadía Georges.              En este sentido, los Maristas Azules ha organizado una comisión técnica que está visitando las casas de las personas afectadas para valorar sus daños y estudiar si son seguras para poder volver a vivir en su interior. Algunas requieren pequeñas obras para cambiar espacios dañados, pero si no cuentan con daños estructurales, se está fomentando esa vuelta a la máxima normalidad posible para empezar a reconstruir todas estas vidas, tan castigadas en Alepo con la guerra en Siria, después las sanciones económicas y ahora los efectos devastadores del terremoto.              También se está prestando ayuda para dar respuesta a quienes se han quedado sin trabajo, han perdido su negocio, su tienda, el local de trabajo o las herramientas o maquinaria que utilizasen a través de una evaluación, un acompañamiento y un apoyo justificado. Es una nueva fase en este proceso de recuperación.              Este Hermano Marista también ha destacado la labor de todas las congregaciones religiosas que están ubicadas en Alepo y que están colaborando para atender más y mejor a todas las familias que lo necesitan. “Gracias a Dios, la ayuda internacional la recibimos a través de la ONGD SED, FMSI ONLUS y otras entidades”.              Respecto al esfuerzo realizado y al mantenimiento de la esperanza, habla de dos niveles: ayudar a quienes lo necesitan en primer lugar y también ayudar a los que ayudan. Ambas cosas son necesarias. “Todos hemos sido, de una u otra forma, golpeados por el terremoto y estamos sufriendo. Los miedos nos asolan a todos, que hemos sido sacudidos. Tenemos la invitación evangélica de ayudar a los más débiles pero no somos superhéroes y necesitamos descansar. Tenemos una buena noticia y es que ha llegado el Hermano Esteban (de Maristas Ibérica)”.              “Los mensajes de apoyo y aliento que hemos recibido en este mes son algo que ayudan mucho. Y nosotros, como personas consagradas, lo que queremos es poder transmitirles la luz de la esperanza”, concluye Georges Sabè. El Hermano, representante de esta altruista y valiosa corriente que son los Maristas Azules de Alepo, ha expresado muchas otras ideas y realidades interesantes que os invitamos a ver y escuchar en la entrevista completa que está alojada en nuestro canal de YouTube y cuyo enlace encabeza esta

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El II Encuentro “Somos Familia” profundiza en la propuesta vocacional para jóvenes

Esta iniciativa del Consejo de Vida Marista celebra su segundo encuentro del curso, virtualmente, en el que ha reunido a una treintena de hermanos y laicos El II encuentro “Somos Familia” del presente curso 2022-2023 se ha celebrado durante el día de hoy y ha contado con la participación de una treintena de hermanos y laicos (de la zona española de Maristas Mediterránea) que se han conectado virtualmente para desarrollar una jornada marcada por el ambiente de fraternidad y el tiempo de reflexión.              Esta reunión, organizada por el Consejo de Vida Marista (CVM) de nuestra Provincia, se sitúa en el contexto del Año de las Vocaciones Maristas, que tiene como lema central el de “Cuidar y Generar Vida Marista”. En este sentido, una de las cuestiones principales que se han abordado ha sido la necesidad de continuar reflexionando y compartiendo sobre cómo seguir haciendo una propuesta vocacional a los jóvenes; y hacerlo desde una profunda actitud de escucha y de acogida de su vida y su realidad.              Para ello, las personas asistentes se han inspirado en el documento conclusivo del Sínodo de 2018 sobre "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional", y también en la exhortación "Christus Vivit" del Papa Francisco. En una de las fases del encuentro se hizo referencia al libro “Regla de Vida” y, en concreto, a la espiritualidad de la sencillez, la cual ayuda a aceptar las fortalezas y debilidades propias, y a estar en paz con uno mismo; además de invitar a acercarse a los demás, aceptándolos como son.              En un tiempo de asamblea, y teniendo como referencia la mencionada exhortación papal, se leyeron pasajes como el siguiente: “Animados por este espíritu, podremos encaminarnos hacia una Iglesia participativa y corresponsable, capaz de valorizar la riqueza de la variedad que la compone, que acoja con gratitud el aporte de los fieles laicos, incluyendo a jóvenes y mujeres, la contribución de la vida consagrada masculina y femenina, la de los grupos, asociaciones y movimientos”.              Este encuentro es el segundo del curso, tras el celebrado en octubre de 2022 en las sedes de los tres colegios maristas de Alicante, Granada y Sevilla. En todos ellos se persigue el doble objetivo de, por un lado, promover y alimentar la vida marista en toda su diversidad y reconocer y apoyar nuestros distintos caminos vocacionales, y, por otro, fomentar la vocación en los jóvenes. #SomosMaristas 💜 #MaristasDeChampagnat

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Protégete: reglas de autoprotección

El Equipo de Acompañamiento ‘Buscando el Bien de los Menores’ (EABBM) ha elaborado un cartel que contribuye a esta labor de prevención y seguridad de menores El compromiso con la protección de todas las personas menores de edad que están presentes en las obras educativas de Maristas Mediterránea y en la Fundación Marcelino Champagnat es permanente y se encuentra en proceso constante de actualización y mejora. En esta línea, desde el Equipo de Acompañamiento ‘Buscando el Bien de los Menores’ (EABBM) se ha impulsado una medida más para fomentar la prevención y contribuir a garantizar la seguridad y el bienestar de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en nuestro entorno. En concreto, se ha diseñado y elaborado un cartel denominado “Protégete”, el cual aglutina una serie de reglas de autoprotección que resultan útiles y orientativas para potenciar las habilidades para protegerse del alumnado de los colegios maristas y de los usuarios de los programas de la fundación. En concreto, se trata de siete medidas o acciones que llevar a cabo si una persona se encuentra ante una situación de potencial peligro. Para ello, se han incluido textos breves y sencillos, así como una serie de imágenes bastante ilustrativas para facilitar la interpretación de los mensajes. Junto a ello, la cartelería incluye un par de códigos QR dirigidos, por un lado, a poder ampliar la información relativa a la protección de la infancia y la adolescencia y la generación de entornos seguros; y, por otro lado, a poder ponerse en contacto con nuestro Equipo de Protección de Menores en caso para comunicar cualquier cuestión relacionada con abuso o maltrato. Este material gráfico se ha realizado en dos versiones. Una, para los niveles más altos de Primaria, Secundaria y Bachillerato, con imágenes adaptadas a estas edades. Otra, para los niveles de Infantil y primer ciclo de Primaria, con pictogramas que favorecen su entendimiento por parte de los más pequeños. Ambas versiones se destinan también a los programas de la Fundación Marcelino Champagnat. Estas reglas de autoprotección “Protégete” están siendo distribuidas en todas las obras educativas de Maristas Mediterránea y en las sedes de la Fundación Marcelino Champagnat con el objetivo de que se coloquen, visibles y permanentemente, en todas las aulas y zonas comunes de los centros. Una vez instalados, los carteles serán presentados y explicados en todas las clases. Asimismo, durante las tutorías de protección frente al maltrato, los tutores conectarán el contenido de las mismas con los mensajes, el significado y los objetivos que persigue esta cartelería impulsada por el

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